Retroalimentación en la evaluación formativa: modelos de Anijovich y Wilson

Hoy vamos a hablar de cómo hacer una buena retroalimentación tanto para el alumnado como para las familias. Se acerca otra vez el final de la evaluación, y con ella la elaboración de los informes cualitativos en el marco de la LOMLOE.

Sin duda, este trimestre tendremos una idea un poco más clara de cómo queremos elaborarlos, fruto de la preocupación y la reflexión, y de la propia valoración de los informes elaborados en el primer trimestre.

Como siempre procuramos apuntar en este blog, lo mejor cuando en educación nos sentimos perdidos en algún aspecto es buscar referencias científicas que nos ayuden a dirigir la práctica, ya sea en materia de neuroeducación, o de expertos especializados en algún campo de la educación.

Aquí os traemos una infografia que resume dos modelos para la retroalimentación en la evaluación formativa que no pretenden dar ninguna calificación del aprendizaje, sino promover la mejora y la revisión constantes: el modelo de Rebeca Anijovich y el de Daniel Wilson.

Rebeca Anijovich

Rebeca Anijovich es especialista y Magister en Formación de Formadores y Titular en la Licenciatura de Educación en la Universidad de San Andrés, en Argentina, además de asesora pedagógica en escuelas de México, Ecuador y Chile.

Entre sus publicaciones sobre educación se encuentran muchas referencias a la evaluación y a la retroalimentación acompañando el proceso de aprendizaje tanto de alumnos en educación obligatoria como de alumnos de universidad.

Daniel Wilson

Daniel Wilson es el director del “Project Zero” de la Universidad de Harvard, cuya función es fortalecer el pensamiento y la creatividad de las artes en la educación. Esta iniciativa ya cuenta con más de 50 años de andadura. Wilson se enfoca en los retos que supone el siglo XXI para la educación y en la necesidad de que los estudiantes se hagan preguntas a sí mismos a un nivel profundo que les permita desarrolar una mente creativa a la par que crítica, abierta, responsable y dispuesta a responder a estos retos.

Los modelos de estos dos autores para la retroalimentación constan de una serie de pasos que nosotros/as podemos adaptar a nuestros informes, ya que conforman una buena estructura para dar a los estudiantes la información relevante a nivel formativo. Estos modelos serian los siguientes:

Antes de llegar a la infografia, son necesarias algunas reflexiones: imaginemos que cada especialista de un centro realiza su retrolimentación en el informe cualitativo siguiendo uno de estos modelos. La información en el informe de un solo alumno/a puede ser muy extensa. Por ello, vamos a dar algunas recomendaciones, a sabiendas de que muchos docentes ya habrán pensado en ellas:

  • Omitir información que ya se haya dado en el informe del primer trimestre y que suponga repetir información sin ningún aporte nuevo (que no sea necesaria). También podemos omitir la información que ya le hayamos transmitido a la familia y que no sea necesario plasmar en el informe.
  • Ceñirse al desempeño del estudiante en las situaciones de aprendizaje/proyectos, etc. del segundo trimestre.
  • Redactar las frases de manera que no sean complejas ni extensas, sino cortas y concisas: tienen que dar la información relevante que queremos que llegue a las famílias economizando el lenguaje y de manera asertiva y profesional. Para esto, podemos mirar modelos de informes de compañeros o centros que ya lo lleven haciendo más tiempo, como por ejemplo los/las compañeros/as de infantil.
  • Si los especialistas quieren dar un feed-back de un aspecto del alumno que es bastante general (no es exclusivo de su área, como por ejemplo el desempeño en la lectoescritura, en el trabajo en grupo, aspectos de relaciones sociales, intrapersonales…), conviene ponerse de acuerdo con el tutor/a para que esta información no esté repetida y sea coherente.
  • Del mismo modo, los tutores/as tienen que revisar el informe para asegurarse de que no se está repitiendo información, es decir, asegurar que el informe sea eficiente (esté bien estructurado, con partes debidamente separadas y marcadas).

Qué podemos hacer más?

Añadir elementos visuales que ayuden a las famílias a identificar las partes del informe, como iconos, títulos resaltados. También que ayuden a entender a las famílias aquello que se ha llevado a cabo (hay centros que incluso incluyen documentación gráfica).


Por último, aquí tenéis la infografia en pdf para que la podáis descargar, ampliar e imprimir. Eso sí, está en valenciano. Como siempre digo, cuando disponga de tiempo pasaré materiales a castellano.

Mi PLE en apps (con mapa de calor)

Trasteando con #procreate y con #keynote me he hecho un PLE de apps a las que suelo recurrir en educación. Habría algunas más, pero lo cierto es que no las uso todas constantemente (ni mucho menos). El uso que hago de ellas va según lo que necesito tanto a nivel professional como personal. Tampoco significa que las domine todas completamente.

¿Por qué hacer un PLE de apps o de metodologías, etc.?

Para tener un conocimiento más consciente de uno mismo y de las herramientas que usa para el trabajo y para la vida personal. No sé si a vosotros os pasa, pero a mi una de las dificultades que tengo más recurrentes cuando uso tecnología o me muevo por las redes es la curación de contenido. Hay tantas apps que me pueden servir para realizar una tarea y en educación hay tantas herramientas, metodologías, técnicas… que al final una se pierde entre toda esa información.

Fuente: https://jrgsanta.com/2019/12/22/ple-entorno-personal-de-aprendizaje/

Elaborar un PLE ayuda a establecer unas preferencias. Para observar las aplicaciones que uso, y decidir así en cuál me siento más cómoda y he usado más frecuentemente para alcanzar un objetivo (hacer carteles, fichas, libros, flyers, vídeos…) e ir a ella directamente cuando la necesito. En cuanto a las metodologías, para analizar cuáles he puesto en práctica y me han funcionado, en cuáles me he sentido más cómoda y en cuáles me siento más competente para poner a la práctica. En este segundo caso también tengo en cuenta el contexto de grupo en el que me muevo, entra otra variable, que es que no depende solamente de mi el elegir la metodología, sino del alumnado que tengo.

Por tanto, hacer un PLE no tiene que ser un “a ver cómo lo puedo llenar de cosas” sino un análisis y una herramienta de autoconocimiento que nos ayude a ser más eficientes, tanto a nivel personal como profesional.

Una herramienta que complementa muy bien este PLE es el mapa de calor.

¿Què és un mapa de calor?

Es una herramienta que se utiliza en varios ámbitos ajenos a la educación, sobretodo en el ámbito deportivo. Por ejemplo, cuando se quiere analizar a un determinado jugador de fútbol, una de las herramientas es esta para saber, por colores, en qué zonas del campo pasa más minutos y en cuáles no. Por supuesto hablamos de que se utiliza tecnología avanzada para hacer este tipo de análisis.

El mapa de calor és una técnica de observación que bien se puede aplicar en educación y que nos da un feed-back muy visual de los datos observados.

En este caso, mi mapa de calor muestra la frecuencia con la que estoy usando las apps de mi PLE en este preciso momento. Dentro de unos meses seguramente cambiará el mapa de calor.

Aquí os dejo un PLE de apps, con su mapa de calor, y un PLE de mi perfil docente.

Evaluación formativa y evaluación calificadora ¿tiene sentido que convivan?

Primero, vamos a definir estos dos conceptos:

Evaluación formativa

Es la que observa todo el proceso de aprendizaje y por tanto es inherente a todo el proceso desde el principio. Este tipo de evaluación tiene las siguientes ventajas:

  • Permite hacer una valoración del alumno en cualquier momento, pues se disponen de datos y valoraciones permanentes acerca de sus aprendizajes.
  • En el momento que se presenta alguna dificultad, es más fácil detectarla y actuar en el momento, para que pongamos los medios didácticos necesarios para que el alumno pueda superarla.
  • El punto anterior favorece que no sea el alumno el que se adapta al sistema, sino que sea el docente el que sea capaz de regular ese proceso para que se adecúe a la situación del alumno.
  • También permite detectar más fácilmente el tipo de actividades que favorecen el aprendizaje de cada alumno.

En resumen, la evaluación formativa se encarga de garantizar que los medios del sistema son adecuados a las característica de los implicados en el proceso evaluado.

Evaluación calificadora

Resulta apropiada para la valoración de procesos que se consideran terminados. Su finalidad es medir, determinar el valor de ese producto final (sea un producto en sí o un grado de aprendizaje). No se pretende mejorar nada con esta evaluación de manera inmediata (se pueden proponer medidas de mejora, pero a largo plazo), ya que se realiza al final, sino valorar finalmente.

Como se puede ver, este tipo de evaluación no es adecuada para aplicar al desarrollo de procesos, sino que es la apropiada para valorar o medir resultados finales.

Por ello hemos de tener cuidado en su aplicación, ya que una de las confusiones más frecuentes en educación es la de realizar muchas evaluaciones calificadores (exámenes o pruebas) durante el curso, pensando que así estamos evaluando mejor el proceso, cuando lo que provoca esto realmente es que concibamos (nosotros y los alumnos) la evaluación como un instrumento comprobador, sancionador y de poder.

“Este error seria el equivalente a querer evaluar la calidad de las aguas de la corriente de un río deteniendo el río cada 100 metros. Los aprendizajes no se suman a otros: se reorganizan unos con otros, se apoyan, reestructuran el saber y el hacer del niño/a. Un proceso no se debe valorar como si estuviera compuesto de apartados estancos.” (Casanova, 1997)

¿Pueden convivir estos dos tipos de evaluación?

Sí, pueden y es necesario que convivan porque para que un proceso de evaluación sea justo y completo, se complementan por lo distintas que son. Necesitamos evaluar de manera natural y justa el proceso del alumnado, y también necesitamos medir ese nivel de desempeño de alguna manera al final de todo el proceso. La evaluación calificadora necesita de la formativa porque cuando llega el momento de calificar, la formativa ya se debe haber encargado de que tanto nosotros como el alumnado haya podido observar su propio aprendizaje y haya tenido oportunidad de mejorarlo, de manera que la calificación es una medición que haremos al final de todo ese proceso.

Justamente es necesario que vaya acompañada de una evaluación formativa, como hemos explicado antes, para procurar que los estudiantes hayan tenido ocasión de equivocarse, darse cuenta y poder volver a intentarlo las veces que haya hecho falta, para que este tipo de evaluación calificadora garantice el mayor grado de desempeño posible.

Podríamos hablar mucho más de los dos tipos de evaluaciones, ya que un paso más seria pensar cómo realizar esa evaluación formativa de manera eficaz y eficiente y cómo debería ser esa evaluación calificadora y qué características deberia tener. Ambas cuestiones tienen complejidad, no son fáciles de resolver. En todo caso, lo que sí que hay que entender en un inicio es que estos dos tipos de evaluación no son un “versus” incompatible, sino que son complementarias y no tiene sentido, para la la práctica, utilizar una sin la otra.

Fuentes:

  • “Evaluación. 10 ideas clave”, de Neus Sanmartí
  • “Manual de evaluación educativa”, de Maria Antonia Casanova

Nueva ley, más recursos y más reflexión…

Ahora que ya llevamos un casi un trimestre de un curso con la nueva ley LOMLOE es necesario empezar a pensar en qué recursos nos vienen mejor para poder hacer nuestras programaciones de situaciones de aprendizaje y las evaluaciones competenciales pertinentes.

Por ello, actualizaremos este blog para que se registren las actividades respecto a las competencias clave vigentes. También hablaremos de los instrumentos que se pueden utilizar para esa evaluación formativa que se nos pide, que de hecho seguro que os resultan familiares.

De esa manera quizá algunas de las herramientas, metodologías, dinámicas, actividades… que ya estaban y que ahora se van a ampliar puedan resultarle útiles a la comunidad de docentes. Como siempre, compartir recursos lo es todo en esta profesión.